acompaño las lágrimas a tu boca,
te limpio la sonrisas
y pongo tus días en sepia.
Soy la gota que tirita en el techo
y no te permite dormir,
soy la que te da el derecho
a garabatear las hojas sin un fin.
Soy inspiración de tus días grises;
soy lluvia, agua, lágrimas;
soy todas las tristes veces
que intentaste ser feliz pero diste lástima.
Te presento a Hoja.
Hola, me llamo Hoja y fui arrancada del cuaderno
para ser el blanco de tus delirios
y la pureza que entintas de negro.
Soy donde posas tus mentiras;
donde cobras tus venganzas;
el lugar donde eres poeta, creador y parca.
Soy el pequeño cuadro que cambia con tus manos
que al moverse me infectan con palabras
que yo no pedí pero que apuñalas en mí
"porque la hoja aguanta".
Soy hoja de cuaderno,
el destino final de tus derrotas,
la víctima de tu lapicero,
el hogar de tus prosas.
Te presento a mi verdugo, Lapicero.
¿Cómo están? Soy lapicero.
Soy de un color oscuro y tartamudeo,
mis líneas se entrecortan y mi ritmo es sincero,
me han dado la mala fama de matar,
vengar, amar y olvidar.
Yo sólo sirvo,
soy la marioneta de tus recuerdos,
no tengo poder sobre tus manos,
sólo soy el espejo de tus inviernos.
Soy el que llena el vacío de tus hojas,
el que da voz a tus silencios,
el lenguaje de tus dedos,
sólo un ladrón de momentos.
Soy la espada de los poetas y el bastón de los locos,
sólo un sumiso servidor del dueño de la hoja y el esclavo de la lluvia.
Soy el sexto dedo de la mano y la segunda boca del escritor.
Déjame presentarte al que nos ha presentado a todos
haciéndose pasar por nosotros: El Escritor.
Hola, soy Tú.
El que habita tras el monitor,
que se traga las palabras sin siquiera saborearlas,
el que ignora el tiempo normal,
sólo importándole llegar al punto final.
Soy Ellos.
Los que no han venido a esta reunión de palabras
pero que alguna vez han empuñado un lapicero
y han matado hojas al ritmo de la lluvia.
Los que no leen letras ajenas
pero son igual a nosotros,
con sus victorias y penas,
con sus corazones rojos
esperando en las puertas.
También soy Eso.
Lo que no existe pero escribe,
lo que nunca fue pero lo imaginaste,
el final feliz que no existe
pero siempre evita matarte.
El punto que aún no dibujas,
el poema que aún no escribes,
la última de tus luchas,
la vida que aun no vives.
Soy Yo.
El último de la fila,
acusado de esperar el fin
con mentiras destrozando hojas
y lapiceros lloviendo en ti.
Lluvia, hoja, lapicero;
vayan a dormir que yo me despido del resto.
Soy el anfitrión de esta noche,
el loco que habita aquí,
la persona que no olvidas
porque nunca recordaste,
soy al que llaman
Yobber,
el que
no es eterno
pero al que ahora pueden juzgar,
en ésta, su reunión de invierno.