Una tristeza ahogó tu llanto
una lágrima mojó tu mejilla
caiste de rodillas
y escondiste el rostro entre tus manos.
Pero alguien te alzó la mirada,
tocó tus cabellos con sus cálidas manos
secó tus lágrimas
y sanó tus heridas.
Sabes que fallaste
sabes que debiste despertar
y no lo hiciste
pero no importa lo que puedas.
Él hará por ti lo que no pudiste,
él fortalecerá tu alma herida,
él sanará las huellas en tu corazón
él se llegará a ti.
Todos vimos tu sonrisa
admiramos tu valentía
supimos que no habías caido
que solo resbalaste y
permitiste que él te levantara.
Aún veos el brillo de tus ojos
y sabemos que proviene de tu interior
conocemos el sonido de tu voz
y sabemos que es la madurez de tu corazón.
Hemos de llorar y sufrir
como el barro alfarero
hasta ver el trabajo terminado
hemos de caer y tropezar.
Pero el cuerpo protege cada
parte de sí mismo
por eso nunca dudaste que
te abrazaríamos como Él lo hizo.
Hoy más que nunca recuerda esto;
la unión de cada uno
es el trabajo del alfarero
cuya paga fue restaurar un corazón
dividido en cada uno de nosotros.
Xavela - 2009
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