Es de día y la luz entra fuerte
cae sobre tu ropa y brilla sobre tus labios
aún duermes
te amo me repito
y me amas suspiras, sin siquiera estar despierta,
me acerco y te beso en los labios,
te veo a los ojos que aún cerrados sé que me miran
y te acaricio el cabello como si fuera el dueño de tus sueños
me saco el anillo de plata y lo pongo sobre la mesa para no hacerte daño
mientras digo en voz baja:
eres mía hoy
la luz entra más fuerte y me hace el camino arduo
mientras te quito las zapatillas
subo mis manos sobre tus piernas
viajando de tus rodillas hasta la cintura
saboreando con mis suspiros cada centímetro de tu carne
saco la correa que me separa de tu desnudez
y abres un ojo
¿qué haces? me preguntas
amarte, digo
y lo cierras de nuevo diciendo: apura, que te quiero en mí ahora
como fiel sirviente de tus deseos
y buen guía de mis instintos
muestro a la habitación tus piernas
y cuelgo tu pantalón en el aire
acerco mis labios a tu carne y beso cada herida del pasado
lloro una lágrima sobre tu piel y paso a bañarte con ella sola toda la extensión de tu belleza inferior
subo con mis dos manos firmes pero con cuidado por todas tus piernas y llego a la cintura
donde hay un límite superior que no tardo en romper
a rasgos quito lo que nunca pude desatar, ya que nunca supe de esas cosas
y casi torpe te desnudo toda
mientras veo como frunces el ceño
y suspiras más fuerte
con los ojos cerrados siempre
como esperando la guerra
...tus senos
los escribo sin alegorías
porque son bellos por sí mismos
no necesito decir nada más
sólo besarlos
uno a uno
y detenerme en amar el pecho que me guarda como un cofre el corazón que me pertenece
y mis labios se forjan de tu vida
y no quiero salir nunca de esas montañas
quiero viajar entre ellas por siempre
mis manos tanteando el camino para no perderme
mis labios secos de tanta altura
mi vida pendiendo del hilo de la tentación
y te beso toda mientras abandono las montañas para irme a surcar tu piel
no dejo rastro sin mis labios
no dejo vida en pie
no dejo nada al viento
mis labios humedecen toda tu existencia
y te siento hablar
no con palabras
sino con silencios melódicos
y me presento ante ti
como tú ante a mi
con la armadura de mi desnudez
y te beso en el cuello
y de ahí parto al pequeño viaje a tus labios
para alejarme un poco
y decir:
mi princesa
-entraré al castillo-
y te ries
y reimos
y te abrazo
e ingreso
al ritmo de nuestros latidos
que tímidos no saben lo que pasa
que la luz que entra por la ventana no sabe iluminar
que los sonidos no quieren expresar
que años atras no supimos describir en poemas
ahora con la carne podemos escribir
e ingreso mi corazón en tu piel
en un viaje sinfin
de mareas que tan altas nunca pudieron llegar
y en movimientos que la tranquilidad no conoce
la cama se vuelve una nube
y nosotros flotamos en ella
cuando el tiempo se ha vuelto un mero adorno
nos unimos en un único aliento
y el tiempo se detiene
y nuestro latir también
y la luz deja de entrar por la ventana
y el pantalón colgado en el aire cae al piso
y tú abres los ojos
y me susurras al oido:
tontito, viajemos de nuevo,
y yo te digo: soy un hombre de letras
y no hablaré de espadas
pero sí de castillos
así que ábrele las puertas al caballero
que te reclama entrar de nuevo
al tiempo cero
y todo camina de nuevo
y la luz vuelve a ingresar
y cierras los ojos
y flotamos a travez del día
hasta extinguir la noche
para sólo existir nosotros dos
y nuestra desnudez
que aún en invierno
...nos abriga.
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