Andrew Vactor, de 24 años, no ha recibido la condena de buen agrado (sólo escuchó 15 minutos), y no por la música, dice, sino porque ese tiempo lo necesita para entrenar con el equipo de Baloncesto de la Universidad de Urbana (Ohio). "Prefiero pagar la multa entera, no tengo tiempo", ha declarado el joven.
El juez de la Corte Municipal del Condado de Champaign explicó las razones de la condena: hacerle comprender al chico, obligándole a escuchar música que no le gusta, que otras personas tampoco desean escuchar la suya cuando la pone a mucho volumen.
La juez defendió este tipo de condenas creativas ya que, además de reducir la multa, supone una forma de "ampliar los horizontes de la persona", ha declarado a la agencia AP.
Tomado de: 20minutos.es
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