Cerró los ojos por quinta vez
y estos no gustaron de la oscuridad
abriéndose por quinta vez
en aquella noche de las muertes.
El asesino abrióse paso entre las puertas
y uno a uno iba destajando cuellos
dejando un grito ahogado
en la bulla del silencio.
Cuando el mayor marcó las 12 y el menor las 3,
el tipo se detuvo por instinto
y sobó el cuchillo por toda su camisa
ungiéndose de la muerte
que en aquel momento prodigaba.
El insómnico arrugaba su almohada
y en el silencio de la noche
toda muerte le fue ajena
porque su lucha no era aún contra cuchillos
sino ante bostezos,
que lo atacaban sin par
pero no lo dejaban morir.
El asesino dispuso la última puerta
y abriendo con sigilo su último obstáculo
hizo entrar primero el filo de su arma
y luego todo su cuerpo de golpe,
viendo una cama vacía y unas sábanas desordenadas;
reocorrió la pared a tientas buscando
la luz que fulminó el cuarto en un brillo que no soportó.
Detrás de él se anunció una sombra
que tomó forma y volviéndose el primero
juntaron miradas de asombro... de miedo...
pero sólo uno esbozaba un cuchillo en su mano derecha,
sólo uno sonrió timidamente en aquella noche de las muertes.
En el inicio de las muertes,
la mia era esperada,
pero no por ello pactada,
cuando el asesino confió sus ojos a la suerte
yo apoyé la mia al vaso con agua
que si bien no durmió mis bostezos
hizo sangrar al que me atacó cerrando los ojos
en un grito seco.
Mis manos ganaron disparando el vaso en su cara
ganándome sólo un ligero roce de su ira metálica,
el grito se hizo leónico y sólo atiné a buscar un segundo vaso,
ignorando el filo del verdugo que yacía en el piso;
quién no tardó alzarce a mi altura
y cerrar la puerta tras él,
mirandome con ojos rojos
que no eran de ira sino de sangre,
le pregunté ¿por qué?
y me condujo al primer infierno
dejándome caer de rodillas con el cuchillo en mi vientre,
comencé a llorar y le pregunté ¿por qué?
y comenzó a callar,
comencé a encontrar el sueño que tanto anhelé esa noche
pero no sé cómo ni sé el por qué
logré asirme de su pierna y pararme
para mirándolo a los ojos preguntarlo:
¿Por qué?
Sonrió con esos dientes patéticos
y mirándome a los ojos ladró:
Porque puedo,
le sonreí y le clavé su ira en el vientre,
no viendo éste en qué momento me liberé de la muerte.
Cayó y no pudo sonreir, encender luces ni contestar mis preguntas,
cai y comencé a dormir, como quise aquella noche,
cai y nunca desperté, como quise muchas noches,
aquellas noches donde sí pude dormir,
aquella noche donde hubo muchas muertes,
pero a mi sólo me importó la mia
sin saber el ¿por qué?
...
a mi sólo me importó dormir
y soñar lo que no sé.
2 Dudas, opiniones o reclamos:
lo escribiste tu?
=) me gustó ,mucho, está bien escrito =)
muchos saludoooos!
Gracias Nicky, el escrito salió de uno de esos momentos donde uno no quiere dormir pero tampoco estar despierto, entonces traje a un asesino, personaje imaginario, para que sea el verdugo de mis bostezos. Rara vez pongo poemas ajenos en mi espacio, cuando lo hago aparece la etquita: LETRA AJENA debajo del post ;P . Curioso que después de escribirlo pude dormir xD .
Saludo0os!
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